Mi regreso a Chile no
fue fácil.
No fue lo esperado,
lo pensado, ni mucho menos lo que había planeado.
Mi
regreso a Chile fue desde todo punto de vista, lo más cercano al dolor de una
daga que cercena el miembro más delicado y que aún no desmembrándolo del todo,
lo deja sangrando silenciosa (vergonzosa) y lentamente.
Pero
si he de querer vivir, avanzar o morir en paz, en algún momento he de hablar de
ello con toda naturalidad o al menos relatarlo para los efectos del aprendizaje.
Cuando
me fui aaaaños atrás, en parte lo hice para arrancar de un mal amor.Y
aunque todas sabemos que no existe ni agua, ni tierra suficiente para esos
males, el hecho es que después de mucho a mi, sí me sirvió.No me detendré en los
detalles de esa historia, porque casi todas conocen al personaje y mis tristes
intentos de encajar 2 figuras geométricas diferentes, en la misma.Además recuerdo como
hoy, la cara de Athe al tiempo que me decía que intentara dejar de lado tanto
envoltorio bonito jajajaj, o Santorini que en su español más diplomático me
susurraba "esa no es ná, tiene cara de miembro masculino" jajajaja.
En
fin, volviendo al auto exilio y ya con la vida media encaminada, tras varios
años de lejanía, las cosas marchaban muy bien.Hasta que la piedrita
esa, te hace no sólo tropezar sino que se encarga de hacerte caer de la manera
más estrepitosa posible, como sí fuera la encargada de vengarse por ella y por
todas las putas piedras que la humanidad ha pateado en la vida.
En una
ida a Chile para ver a la familia y a los amigos, estaba ella.
Mi hermana y otros
habían armado con la excusa de la despedida, alguna fiesta y ella venía incluida.Todo
fue tan rápido, tan encajado, TAN predecible (ahora soy capaz de decirlo), que
no había manera elegante de arrancar Y eso que en aquella época ostentaba
título nobiliario de chorreaste diplomacia (recuerdan lo que les decía de
"niñita bien"?).Ahí estaba metida
hasta el cuello otra vez en una love history y ahora encima viviéndolo a
kilómetros de distancia. Hasta qué pronuncio las palabras mágicas: "te
puedo ir a ver?"
Los
meses siguientes fueron de nubes, chocolates y toda cursilería acostumbradas
para situaciones semejantes. Una, dos, tres visitas de ida y vuelta de allá y
de acá, bastaron para la siguiente etapa "si estuvieras en Chile,
deberíamos vivir juntas".
CANTO DE
SIRENAAAAAAAA!! (recuerdas Santorini?).
Plaf!
Ahí otra vez yo, pintando de un recalcitrante rosado mis muros internos,
viéndome saltar al más puro estilo Heidi por no sé qué montaña llena de
florecitas coloridas (no entiendo como aún no hay empresas que vendan seguros
contra malos amores. Se harían millonarios).
Recuerdo
que en esos días mi hermana, con cabeza siempre más prudente que la mía, me
hacia reflexionar y tomarme las cosas con más calma. Siempre su consejo era que
esperara a que se dieran las cosas.
- Si, si, si Estoy
super piola con todo... (Sí claro como no)
- Ya, pero no te
aferres tanto a esta mina, yo la encuentro extraña…
- No, no, no todo
manejado (me apresuraba a responder). Sólo te pido que la cuides y no la dejes
sola, porque anda un poco depre.
-Mmmmm...
Esas siempre eran las
respuestas finales de mi hermana.
El
tiempo transcurría y como el teléfono, chats y cuánto aparato electrónico, ya
no eran suficientes para la magnitud de los sentimientos y a ratos sentía
ciertos declives (no haber sido Sulma) una tarde en plena faena laboral, decidí
regresar a Chile.
Vivir con mi amada y
ser eternamente feliz!
Mandé cartas, hablé con todos mis jefes en ambos
países, moví cielo mar y tierra. Salí perdiendo económicamente, me medio armé
la mitad de una historia... Uf! Pero todo valía la pena por mi dulce y
fiel amada...
Con mi
hermana teníamos todo listo. Ya había habilitado mi habitación nuevamente en la
casa y sólo faltaba cerrar la fecha del vuelo y los trámites con el barco que
se llevaría de regreso mis cosas.
10
días antes de mi regreso. Repito: 10 DÍAS ANTES DE MI REGRESO, las cosas se
pusieron extrañas. Me costaba mucho que atendiera el teléfono, se me perdía
días enteros y cuando lográbamos hablar, siempre pasaba algo que la hacía
colgar urgente.
“Los nervios”, me
decía yo…
Por esos días, me avisaron que estaría en el
país una conocida de la conocida, para que por favor la ayudara en la ciudad.
Aunque mi cabeza solo estaba en el viaje, no tuve problema para llevarla y
mostrarle algunas cosas.Una de las noches con
bastantes copas en el cuerpo, me espeta: “eris bien valiente tu”.
(tal vez nunca olvide
ni la frase, ni el sonido, ni el lugar, ni nada de ese segundo).
- Valiente yo?, pero
si solo regreso a mi país
- Ya…
- Es cosa de ciclos y
del amor…
- Pero tu hermana
weona, tu hermana!!!
- Mi hermana qué? Es
la mejor hermana de la vida. Sin ella no se qué haría
- Ya! y como lo harán
las 3, ellas y tú?
- Eeeeeh no entiendo
a que te refieres…
Las palabras que
vinieron a continuación se convirtieron en sonidos que salían de la boca de esa
conocida de la conocida, que francamente no lograba entender
Hasta que sentí el
sonido de cuando alguien revienta un globo PLAF!
“Mi hermana y mi novia
juntas”
- Bueno mira, no
quise ser yo quien te lo contara, pero es que creo es aberrante y bla bla bla…
Volvió
la burbuja de agua, que no me dejaba escuchar nada; solo veía movimientos
discordantes de una conocida de la conocida.
Lo que vino a
continuación y durante meses y meses y meses, fue lo más parecido a lo que
entiendo puede ser el infierno. No tengo otra manera de describirlo.
Recuerdo una vez, ya
de regreso en Chile, hablando por teléfono con Guidai, le dije ESTOY PERDIDA. Me
perdí de mí misma.
Y en ese mismo
momento al colgar, me subí a la cornisa de madera más alta que había en esa
casa del litoral central y me desplomé.
De boca en boca y de manos
en manos (aunque jamás de corazón) pasé el siguiente tiempo.Y por cierto, tuve
que conseguir donde vivir y no cruce palabra con mi hermana por más de 2 o 3
años.
La vida se encargó de darme la escama más dura, saltando como colibrí de
flor en flor, sin importarme mucho nada. Pero mi corazón extraña y disparatadamente,
seguía bombeando por la Traidora.
Al punto que años después,
le di una oportunidad.
Lo pueden creer?
Sí, le di una oportunidad.
DIOS!!!! Mi cabeza de
verdad necesitaba electroshock!!
Y adivinen lo que
pasó.
Me dejó!
Jajajajaaj sí me dejó otra vez!
Una temprana mañana de
otoño, nos despedimos en casa, al tiempo que me pedía ocupar el auto.
Esa tarde, el
conserje me entregó las mismas llaves del mismo auto, pero nunca más la vi.A los días supe que
dormía en otra cama, con otra compañía.
Mis amigas piedras
otra vez, recuerdo que pensé.
Los años siguientes
fueron muy enredados (otra noche y con mas vino, les contaré de ellos), pero
sólo recuerdo que una mañana templada de primavera, apareció su nombre en mi
pantalla.
- Hola
Me reí.
Ante tanta
insistencia (créanme que es tenaz) respondí
- Hey .., mientras seguía intentando
chequear cómo me hablaba, ya que no solo borrada la tenia de mis listados, sino
que yo tenía hasta una mensajería nueva!
Excusas, disculpas,
memorias dulces, mas disculpas, arrepentimientos y similares.
Mi única respuesta y
jamás el tema se volvió a tocar, pese a las cientos de veces que nos cruzamos
por casualidad nuevamente, fue:
- No te odio, pero no te quiero.
Si creen que esta es
la historia que tenía que relatar para avanzar en paz: NO
He de revelar mis muy estimadas, que estuve
enredada (unilateralmente) en la Traidora hasta hace poco…
Donde poco y mucho es
bastante relativo, pero tras 8 o 9 años haciendo mi vida ordinaria con lo bueno
y lo malo lejos y cerca, me parece tiempo suficiente para decir sincera,
tranquila, callada y definitivamente: Adiós!
Mmmmmm... Creo iré a dormir.La historia me agotó,
pero es muy reparador contarla, como si fuera el episodio de un viejo libro, que
asoma su lomo en una polvorienta estantería de la bodega.
Buenas noches chicas.