jueves, 22 de mayo de 2014

   

Y la ciudad no es otra cosa
que esa esquina,
donde cae la lluvia.
Donde apenas amarillea la luz,
y el vapor que resucita
o quizás está despertando,
para irse lejos.
Y la ciudad que protege, 
ciertas veces...
tantas otras desguarece
y nos deja,
siendo apenas humo, rastro,
pequeñas señales de paso.
Donde se estuvo,
se esperó y... 
se creyó ser y consistir.
El cruce de caminos,
la esquina.
Ese punto de desencuentro
como líneas en fuga...
que solo se han rozado
en la carrera hacia allá.
El allá lejos,
más allá
nunca más.
Y así la esquina,
la calle y la vereda.
La luz y la polilla
que danza locamente
hasta caer
mientras  todo corre,
el agua , el tiempo
la gente.
 
 
Me demoré, pero acá estoy. Compartiendo algo con todas uds. Un beso

1 comentario:

  1. "Y la ciudad no es otra cosa que esa esquina, donde cae la lluvia"...
    Me encantó!!

    Amo todas esas esquinas de la vida que nos regalan poesía, ilusiones, afectos, fe, encuentros...

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