martes, 18 de febrero de 2014

Historia de un viaje al río de los pájaros pintados.

Volver, aunque fuese solo por un rato. Allá. A la orilla del río de los pájaros pintados. Como aquella tarde en que escapando del ruido del campamento en Paysandú dejé a los amigos, los conciertos y las toneladas de alcohol tras las cuales había escapado desde la Semana Santa de Montevideo hasta la Semana de la cerveza en el litoral sanducero, huí sola hacia un rincón llamado Pueblo Casablanca donde me habían contado no había nada, solo las ruinas de un viejo frigorífico inglés, fuí hasta allá, sola, huyendo de la ruidosa maraña de adolescentes como yo paridos en una democracia mentirosa y condenados a una dictadura asesina que por aquellos días iba dando sus manotasos de ahogado bajo el aluvión de cacerolazos y primeras elecciones internas para delucidar si siempre sí o no llegaríamos a derrumbar a los milicos e ir a las urnas, entonces yo ya tenía 18 y ejercería mi derecho y obligación a voto, en ese entorno con hilitos de rebeldía me fui buscando al pueblo destruido de Casablanca, llegué en una moto destartalada de un lugareño que gustosamente me recogió en la ruta cuando le hize señas y le conté de mi destino, me dejó en la entrada de las ruinas carcomidas por el pasto desprolijo y las hiedras devoradoras de ladrillos, cruzé un hilito de agua el monte indigena se erguía delante de mi como un muro natural amenazador, como un cartel de no ser bienvenida, quería ver el río, quería ver al culpable del origen de las ruinas sin gente, armada de valor sabiendo de que nadie sabía de mi presencia entre a la maraña de troncos, ramas, lianas, juncos, tupida arboreda devoradora compulsiva de senderos, la luz desapareció no por la hora sino por las sombras del monte, los quejidos del agua comenzaron a escucharse, un olor nausebundo penetró en mis narices, cubrí mi boca con mi sueter, un mar de moscas zumbaba. Allí me detuve. Petrificada observé suspendido en el agua, golpeando en la orilla, poblado de moscas, insectos gusanos un paquete embolsado en plático negro, atado con cuerdas, simulando la forma de un cuerpo humano, del tamaño de un hombre o de una mujer. El olor revolvió mis tripas. El miedo anunció que algo estaba mal, juro que yo ví un cuerpo muerto y entoces pensé en los cadáveres que tiraban desde los aviones los milicos. Me dí la vuelta y sin saber como corrí como nunca había corrido hasta encontrar un claro por donde ver la luz del sol y las ruinas del viejo frigorífico de inglés. Juro que ha sido la única vez en que sentí miedo. Ese miedo con olor a muerte. Corrí hasta llegar a un camino y la suerte, que nunca me ha abandonado hasta hoy, le dió forma al ángel que me sacó del pueblo fantasma y me devolvió hasta donde mis amigos borrachos de cervezas cantaban loas de bienvenida a la libertad. Volver aunque fuese por un rato, allá. A la orilla del río de los pájaros pintados.

7 comentarios:

  1. Un texto atrapante.... dan ganas de saber de esa tu que se hubiera quedado con los amigos en la semana de la cerveza.... la historia paralela....

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  2. Quiero acotar, para quienes no lo saben, que nuestro país no tiene nombre. Le dicen república oriental del "uruguay" y eso significa: lugar al este del "río de los pájaros pintados"...
    Vico, terminé de leer el texto sin aliento, por la escasez de puntos, pero sobretodo por recordar tanta cosa horrible que se vivió en los años más oscuros de este país.
    Pero fue un gran alivio esa ventisca de libertad que se entreteje entre palabra y palabra...

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    1. Gracias Guidaí por tu aporte. Lo de la puntuación fue intencional. ¿Alguna vez leíste "Ulises" de Joyce? De lo más dificil y extenuante que he leído, y de lo más seductor también. Fue un ejercicio para no olvidar. Gracias por leer, ¡saludos!

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    2. Sí, aunque no lei Ulises, imaginé que la ausencia de puntos era intencional. Y por dios que surte efecto!! Terminé de leer y estaba extenuada, quizá también por correr contigo para salir de esas ruinas, jaja. Beso

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  3. Que fuerte!!!
    Fue como ver muchas secuencias con esos efectos stop motion utilizados en pelis o cortos. Miles y miles de situaciones entrecortadas, que cuentan tantas historias...
    Insisto, que fuerte!!!

    ps: estoy sola en la oficina y me dio un pelín de susto :/

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  4. Me impresionó tu relato, me trajo recuerdos y sensaciones de otros tiempos. Un beso

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