viernes, 7 de febrero de 2014

Desde a-dentro…



En el epíteto de la destreza,
confundida en la gloria del gozo revenido,
vienes.
Vuelves inmersa en la esperanza del porvenir duradero,
de las mañanas eternas,
de los dulces comienzos. 
Y así toda serena tú, en transpiraciones yo,
duermo en tus caderas como cada noche,
fortificaciones óseas y calientes que han hecho de mí,
una hembra.
Entre el confín de estrellas, te sientas y observas…
tantas luchas, tantas guerreras, mientras la madre tierra late,
en diástole profunda y perpetua.
Es así como un buen martes por la tarde imaginamos,
es así que se hace dura la sangre,
se dividen virtudes desnudas y tiernas…
Porque hoy revivimos los votos que en papel guardamos
para quemarlos y de ellos cenizas hacer para abonar
aquellas pequeñas flores del día a día.
Vuelvo a redimir los bordes de paredes blancas,
volvemos a vencer estigmas y caernos llanas,
cálidas, fugaces, serenas, sinceras, animales y rapaces…
Entre la hiedra fructífera y caprichosa somos una,
en la salsa de la vida y el devenir de la maestría,
los segundos se pausan para observar tus ojos, verdes y cristalinos,
selvas profundas de recuerdos constantes,
vivencias eternas de nuestro amor perfecto
aunque sea para otros
un tanto... disonante…


7 comentarios:

  1. Bello, profundo, vital... Me da mucho gusto volver a "leerte" :)

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  2. Muchas Gracias Guidaí!!!! A mi me da mucho gusto volver!

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  3. Sensual y fuerte, con guiños de complicidad de un buen y lindo amor, Feliz por ti amiga.

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    1. Gracias! amiga! lo de los guiños me lo guardo para otro post :)

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  4. Revivir votos para quemarlos y guardarlos a modo de abono, para nuestras pequeñas flores... TREMENDO!!!

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  5. Acabo de leer esto por segunda vez, y me doy cuenta de que no lo había visto. Me cuesta tanto la poesía cuando estoy mal herida; no de muerte pero de falta de fe, y leo esto, y entiendo que existe el amor en si mismo, intocado, hermoso. Supongo que estoy dejando caer el caparazón, conectandome con la inmensidad de los buenos amores, tu, tu mujer, ella y ella, y ella y ella, y... tantas mas, crecidas, bañadas de dones, haciendo caminos para recordarnos es real. Gracias, gracias, gracias.

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